viernes, 19 de diciembre de 2008

Caminos

He seguido tus dedos por el rosario de mis poros,
gimiendo ante la vereda que tu caricia abría.
Intentando adivinar que direccion seguirías
en el mapa de mi piel.

Añoré detenerte en mi pecho, aunque
mi vello opuso resistencia y tu palma
reforzó la presencia de tus yemas,
impelidas a seguir.

Sentí como un rodeo por debajo de mi ombligo,
y el calor en la ingle alzó mi canto al gemir.
Con un roce de tus uñas despediste
mi añoranza.

El calor de tus labios serenos, abrieron nuevas sendas
entre mi nuca y oido, y senti como elegido
el lugar donde te encuentras, ese lugar único...
pues de mi corazon se trata.

1 comentario:

©Claudia Isabel dijo...

Pasaste silencioso por mi blog...un gusto que lo hayas hecho, ahora puedo disfrutar de tu poesía!
Saludos desde Buenos Aires