jueves, 5 de marzo de 2009

“Los placeres prohibidos”



Si el hombre pudiera decir lo que ama,

si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo

como una nube en la luz;

si como muros que se derrumban,

para saludar la verdad erguida en medio,

pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,

la verdad de sí mismo,

que no se llama gloria, fortuna o ambición,

sino amor o deseo,

yo sería aquel que imaginaba;

aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos

proclama ante los hombres la verdad ignorada,

la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien

cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;

alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,

por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,

y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu

como leños perdidos que el mar anega o levanta

libremente, con la libertad del amor,

la única libertad que me exalta,

la única libertad porque muero.

Tú justificas mi existencia:

Si no te conozco, no he vivido;

Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

  • Luis Cernuda 1931


4 comentarios:

Merlina dijo...

Hola te he encontrado por casualidad, y me ha gustado lo que escribes, te dejo saludos desde México.

takhesis dijo...

Si el hombre fuese tan fuerte como para gritar al infinito sus sentimientos y derrumbar los muros que los retienen, si no hubiese orgullo,silencio o mentiras, seria el ser mas especial de la creacion, por que el amor le daria lo que no puede darle nadie: alas para vivir libre.

la neno dijo...

qué grande

Ignacio Reiva dijo...

Excelente. Que decir mas que agradezco el haber pasado por aquí.